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¿Cómo encontrar el equilibrio al ser padres?
Daniela Freire
 Estudiante de Educación de Párvulos UC.

Podemos observar día a día cuando se trabaja con las familias que muchos padres tienen miedo de cruzar esa delgada línea entre lo que es educar a sus hijos con firmeza pero de manera justa y mantener una relación de poder unidireccional, es decir el adulto siempre tiene la razón y suele imponer sus ideas o bien para no “arriesgar” el cariño de sus hijos permiten cualquier conducta de estos. Nadie nace sabiendo cómo ser padres, y tampoco hay una escuela para serlo, pero este artículo busca facilitar este hermoso pero desafiante camino haciendo una revisión del libreo “Tenura y Firmeza” (1997) de A. Lyford Pike.
¿Ser padres es algo que sea innato? ¿Al tener un hijo las habilidades parentales simplemente afloran?, probablemente la respuesta sea no, todos tenemos en mente el ideal en cuanto a crianza, seguramente es fácil imaginarlo pero no llevarlo a la práctica, cómo ser firme sin ser muy dictatorial o perder la habilidad de ser cariñoso, cómo equilibrar estos dos extremos para que sean complementarios, a esto se le llama Educación con Personalidad (Lyford Pike, 1997).
La educación con personalidad, es una actitud educativa coherente, dónde se le den señales claras a los niños y de manera que refuerce su seguridad aún cuando se les este corrigiendo, para esto es necesario una comunicación efectiva, es decir de manera calmada, con cariño pero también con firmeza para que el niño sepa que es lo que se le está diciendo (Lyford Pike, 1997), la comunicación verbal y la no verbal debe coincidir para esto, (Satir, 2002) con los niños es importante no utilizar ironías o algo que hago confuso el mensaje y le reste seguridad y que reafirme la honestidad y claridad con la que se debe entregar el mensaje (Satir, 2002), ya que todos los códigos no verbales hacen que nunca dejamos de comunicarnos (Watzlawick, 1989), por lo que estos perciben todo lo que transmitimos sin darnos cuenta.
Lyford Pike expone una serie de estrategias para facilitar la Educación con personalidad, además el estar familiarizado con estos puede servir para hacer un examen a nuestras formas comunicativas y cómo  podemos mejorarlas, además de ser una pauta universal para cualquier tipo de relación humana.
 Primero y de manera fundamental esta el uso de un lenguaje asertivo, ya que es importante emitir el mensaje con frases claras y directas, sin ambigüedades, además de felicitar y reforzar positivamente cuando el niño haya hecho algo bien  para reforzar su autoestima y esta conducta positiva.
 Cómo segundo paso es ser consciente de la comunicación no verbal, ya además de que es importante lo que se dice, es esencial cómo se haga, importante recordar que nunca dejamos de comunicar y que desde el tono de voz hasta la postura corporal es importante para que el mensaje sea coherente.
 Es importante además si ya se está en una discusión, saber manejarla de manera correcta, según el niño, la situación y el contexto en general se pueden elegir distintas técnicas, entre ellas  repetir varias veces lo que el niño tiene que hacer o una de las más nombradas últimamente, la técnica del tiempo fuera en dónde se aparta al niño un tiempo para que se calme y reflexione.
Aunque parezcan simples y casi obvias algunas de estas estrategias, en el día a día puede ser que no se hagan tan explícitas , es por esto que es necesario estar  constantemente revisando el actuar y las diversas reacciones que se puedan tener frente misma situación, es decir tener control de los propios procesos de manera metacognitiva ( González, 1996), ya que sólo así se pueden integrar las diversas perspectivas y puntos de vista de una situación ( González, 1996) y poder decir cuál es la estrategia más adecuada.
¿Es fácil ser padres? ¿Alguna vez alguien logrará ser el padre o madre perfecto? Probablemente no, pero esto no es para desalentarse, es sólo una razón más para seguir mejorando, para utilizar la educación con personalidad, ser firmes pero con ternura y así poder entregarle a nuestros hijos las herramientas necesarias para poder desenvolverse en el mundo.
 Los padres son la autoridad, autoridad viene del latín “Autoritas”, que significa sostener para crecer (Lyford Pike, 1997), teniendo esto en mente creo que no puede quedar más clara la meta a la que apuntamos, establezcamos límites, dejemos espacios para que los niños se desarrollen libremente, pero por sobre todo sostengámoslos, démosles las raíces para que puedan crecer alto, muy alto, más que nosotros.

Bibliografía:
-     Lyford-Pike, A (1997) “Ternura y Firmeza con los Hijos” Ediciones Universidad Católica de Chile. Santiago, Chile.
-     Sátir, V., (1991), Cap. 7 Patrones de Comunicación. En: Nuevas Relaciones Humanas en el Núcleo Familiar, Editorial Pax, México.
-     Watzlawick (1989). Teoría de la comunicación humana. Pp. 21 a 114. Edit. Herder, Barcelona.
-     Gónzalez, F (1997) “Acerca de la metacognición” Revista Paradigma, Universidad pedagógica Experimental, Maracay, Venezuela.